100 AÑOS

100 AÑOS, SOR CARMEN DE ST. JACQUES

El pasado 18 de Septiembre en la casa de Madrid, en la calle Dr. Esquerdo, tuvieron la alegría de festejar el centenario de Sor Carmen, una hermanita alegre, jovial y vivaracha. A pesar de tener una grave deficiencia auditiva, nada le impide para relacionarse y sentirse integrada en todo momento.
Nativa de Galicia, oriunda de El Ferrol, estuvo feliz de acoger al señor Cardenal Antonio María Rouco Varela, para la celebración de la Eucaristía de Acción de gracias, que tuvo lugar en la capilla a las 11h. Acompañado de varios sacerdotes amigos de la Casa, diez en total, el canto de entrada, daba sentido a la iniciación de la celebración para presentar a nuestra Hermanita, “Heme aquí”. En su homilía, inspirado en el evangelio que había sido proclamado, Monseñor destacó el “Sí” del Señor como ofrenda al Padre para vivir su entrega por nuestra salvación, y así poner de relieve la ofrenda de Sor Carmen de St Jacques para vivir una vida al servicio de los Ancianos durante tantos años.

En la procesión de ofrendas, ella presentó un bouquet de flores, pareciera que era el símbolo de su existencia, que sigue floreciendo alrededor suyo. Al finalizar la Eucaristía, un torrente de aplausos surgieron espontáneamente para manifestar la alegría de todos los que la acompañaron en este momento tan significativo.
Al término de esta celebración, una representación de los miembros del Orfeón de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, acompañados de la Unidad de música de la Agrupación de Infantería de Marina de Madrid, se encontraban en el salón de actos para ofrecer un concierto en honor a nuestra Hermanita. Es fácil adivinar cuál fue el primer canto: ¡Cumpleaños feliz! antes de continuar con otros muy conocidos que alegraron a todos los presentes.
Los Residentes tuvieron el honor de estar acompañados en la comida por Monseñor Rouco y varios sacerdotes. Al finalizar Sor Carmen pasó por todas las mesas saludando uno a uno… Fue el centro de todos en el momento final para soplar las velas de 100 años que engalanaban la gigante tarta para el postre.
Damos gracias a Sor Carmen por la vida que el Señor la ha regalado y el don que ella nos ofrece cada día con su entrega fiel y generosa en su vocación de Hermanita de los Pobres.

A lo largo de tantos años, son muchos los Ancianos a los que ella ha cuidado hasta hace poco tiempo; muchas empleadas y familiares de residentes la recuerdan por su cercanía y el bien-hacer que les ayudaba a aprender a vivir la hospitalidad y el servicio a los residentes con amor y cariño.