De todo el mundo a Roma con Juana Jugan

Los días 1 y 2 de octubre de este 1982, de todos los colores, lenguas, razas, llegaban por todas las rutas y en todos los medios de locomoción, peregrinos de treinta naciones diferentes, llegaban a la ciudad Eterna para asistir a la Beatificación de la “Humilde Sierva de los Pobres”, Juana Jugan.

En el aeropuerto de Fiumicino un espectáculo maravilloso. Los aviones iban llegando de los cuatro puntos cardinales, ¡qué carga de años la que transportaban! no podemos olvidar que los grupos estaban compuestos sobres todo por ancianos. Pero cuánta vitalidad, entusiasmo, alegría e ilusión demostraron, ¡todo un ejemplo! Muchos de ellos vencieron el miedo al viaje, ya que era la primera vez que montaban en una avión. Recorreremos brevemente cada una de las jornadas llenas de júbilo para tantos ancianos y hermanitas.

 

2 de octubre

El sábado 2 de octubre se abrió oficialmente la peregrinación con un encuentro de plegaria y Eucaristía en la Iglesia de San Luis de los Franceses. Simultáneamente , en los centros donde se hospedaban, tuvieron lugar los mismos actos, para así estar todos unidos en la oración.

“A ejemplo de Juana Jugan, me hago de todo corazón limosnera, para que correspondamos a la gracia que representa para nuestra Congregación de Hermanitas de los Pobres la Beatificación de nuestra Madre Fundadora.” Con estas palabras de Madre General Mª Antoninette de la Trinité dio comienzo este momento de oración.

 

3 de octubre, ¡por fin llegó el gran día!

El 3 de octubre amaneció radiante y la aurora encontró a todos despiertos, con traje y cara de fiesta.

La Basílica de San Pedro está a rebosar. El momento es denso de significado. Se oyen las notas del órgano y estallan incontenibles los aplausos que anuncian la entrada el Papa. La coral entona vibrante el “Tierra entera” repetido en varias lenguas. El rito de beatificación se sitúa inmediatamente después de los Kyries: “La Venerable Sierva de Dios Juana, puede en adelante ser llamada Beata”, declara el Papa “con su autoridad apostólica.” Una cerrada ovación pone de manifiesto el gozo que estalla en todos los corazones y en este instante aparece la gran Juana con su cesto al brazo y el rosario en la mano como en los días en que “buscaba el pan para su sus pobres”, hermosa pintura de Dina Bellotti que ha sabido plasmar perfectamente el andar audaz y a la vez humilde de la nueva Beata.

Después del Gloria llegó el momento de la Liturgia de la Palabra que fueron proclamadas en armenio y en francés. Un joven diácono canta el Evangelio de las Bienaventuranzas en latín. De pie, con sus manos estrechando la Cruz pastoral y la frente apoyada sobre el Crucifijo, Juan Pablo II, está inmerso en la oración. Esta actitud que revela una intimidad profunda con quien le ha constituido Pastor de su Pueblo, no nos deja indiferentes.

“La Iglesia experimenta un inmenso gozo al elevar al honor de los altares a algunos de sus hijos más brillantes…” Con estas palabras Juan Pablo II dio comienzo a la homilía.

Homilía del Santo Padre Juan Pablo II

La procesión de ofrendas puso de manifiesto una vez más la universalidad de la Congregación. Concelebraron con el Santo Padre los Card. Ferdinando Giuseppe Antonnelli y Eduardo Fco. Pironio, el Card. Paul Gouyon, y Mons. Layek, el Card. Ugo Poletti, Vicario de Roma y Mons. Terrinoni, Obispo de Marsi, Diócesis de origen del Beato Salvatore. El Ministro General de los Frailes Menores representaba a la familia franciscana y el P. Clément Guillon, Superior General de los Eudistas, recordaba la pertenencia de Juana Jugan a la Orden Tercera de San Juan Eudes.

El cáliz que utilizó Juan Pablo II era regalo de las Hermanitas y Ancianos de la Provincia de Oceanía; llevaba incrustadas dos pepitas de oro de las minas de la región de Kalgoorlie donde, desde 1969, la Congregación había abierto una casa para coger a los viejos buscadores de oro del desierto.

Terminada la concelebración Eucarística el Santo Padre impartió su bendición y la asamblea estalla de gozo y emoción cantando “Soeur des pauvres, Jeanne Jugan, bieneureuse…”; era el canto oficial de la beatificación y resonaba gozoso en las bóvedas de la grandiosa Basílica.

A las 12 en punto el Santo Padre aparece en el balcón central de la Basílica para le rezo del Ángelus. El mensaje de los nuevos Beatos alcanza también a esta multitud que esperaba al Papa en la Plaza de San Pedro.

4 de octubre, audiencia en la Sala Pablo VI

En la audiencia que el 4 de octubre Juan Pablo II concedió a los peregrinos les decía: “Permaneced en la admiración y la acción de gracias por la Beata Juana Jugan, por su vida tan humilde y tan fecunda, que ha llegado a ser, con toda verdad, uno de los muchos signos de la presencia de Dios en la historia.”

5 de octubre

Santa María la Mayor acoge por la mañana a la familia de Juana Jugan. Tuvo lugar una celebración eucarística internacional en la que concelebran unos cien sacerdotes con el Card. Paolo Bertoli, Camarlengo de la Santa Iglesia, y varios Obispos.

Procedentes del mundo entero, precisó el Card. Bertoli, vuesetra presencia es un vivo testimonio de la universalidad de Juana Jugan; obra de humanidad, obra de caridad, obra evangélica, obra eclesial nacida de un corazón desbordante de amor por los pobres y para los pobres.

Por la tarde, la coral San Pancracio, Americana, dio un concierto de música religiosa. Ni que decir tiene que durante el tiempo libre se organizan visitas dentro de Roma, Castelgandolfo, Marino, etc…

6 de octubre

Durante la mañana de este 6 de octubre de 1982 dos grandes celebraciones tuvieron lugar: una oncelebración para los peregrinos de lengua inglesa y otra para los de lengua española. Esta última, en la Iglesia del Gesú, fue presidida por el Card. Pironio, argentino, Prefecto de la Sagrada Congregación para los Religiosos e Institutos Seculares.

Éste sería el final de esta peregrinación llena de alegrías e ilusiones para la mayoría de los peregrinos. Todos volvieron con el corazón rebosante de alegría, con un mensaje y un ideal renovados, sintiéndose más familia que nunca, gracias a la humilde Hermanita que, “pobre de bienes y rica de fe”, se lanzó a la gran aventura de servir a Cristo en los ancianos.

En el marco de la beatificación de esta gran figura, fue organizada una mesa redonda en el Augustinianum que tuvo como tema “Actualidad de Juana Jugan. Los ancianos, riqueza para la sociedad y para la Iglesia.

 

Posteriormente, a nivel local las celebraciones con asistencia de Bienhechores, Amigos, Residentes y Hermanitas entre otros, no se hicieron esperar.