Novena a Santa Juana Jugan

Al iniciar esta novena de preparación para la fiesta de  Santa Juana Jugan, debemos primero preguntarnos: “¿QUE ES LA SANTIDAD?”

La aventura de la santidad comienza con un “SI” a Dios. El luminoso ejemplo de los santos despierta en nosotros el gran deseo de ser como ellos, felices de vivir junto a Dios, en su luz, en la gran familia de los amigos de Dios. Ser santo significa vivir en la cercanía de Dios, vivir en su familia, y ésta es la vocación de todos nosotros.

Pero, ¿Cómo podemos convertirnos en santos, en amigos de Dios? Para esto no es necesario realizar obras extraordinarias, ni poseer carismas excepcionales. Es necesario ante todo escuchar a Jesús y después seguirle sin desalentarse ante las dificultades, porque toda forma de santidad, y siempre pasa por el camino de la cruz.

Dios ha previsto todo: nuestros destinos y las circunstancias que marcan nuestras vidas. Él sabe que toda arcilla salida de sus manos es buena para hacer santos. Que la arcilla sea más o menos fina, ese es asunto suyo, no nuestro. Él nos pide solamente ser lo bastante lúcidos para aceptar a los otros (y a nosotros mismos) tal y como nos ha hecho.

A veces pensamos que la santidad es un privilegio reservado a unos pocos elegidos. Pues no; en realidad llegar a santo es la tarea de cada cristiano, de cada hombre. ¡Todos estamos llamados a la santidad!

Dia 1 - LA FE

¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe? Así es también la fe: si no tiene obras, está muerta por dentro. Pero alguno dirá: «Tú tienes fe y yo tengo obras, muéstrame esa fe tuya sin las obras, y yo con mis obras te mostraré la fe». (St. 2,14.17-18)

REFLEXIÓN: La fe de Juana era una fe constante y vigorosa en la BONDAD y en la PROVIDENCIA del Señor. Una fe que llevaba en el corazón y había experimentado en clave de confianza toda su vida. Una fe que le dio fuerzas ante las dificultades e impulso para llevar a cabo tan extraordinaria actividad. La figura de mujer creyente que ofrece nuestra madre debe animar a cuantos admiramos su vida y su obra, a imitar el ejemplo que encontramos en su testimonio de fe en Dios.

Todo cristiano está llamado a vivir la fe de modo que pueda servir de estímulo ante los demás, sin sentirse por ello superior o mejor que nadie, y así llegue a ayudar a todos en el camino que lleva al Evangelio.

Es una misión que nos encomendó el mismo Jesús a cuantos habríamos de ser sus seguidores: Seréis mis testigos (Act 1,8). Se trata de ir haciendo realidad en nuestra vida los valores que nos dejó en su mensaje y que Juana encarnó de forma ejemplar: amor, sencillez, desprendimiento, entrega, sacrificio, compasión, espíritu de servicio. Y, todo ello, junto a una oración asidua, una honda experiencia de Dios y una ilimitada confianza en su providencia.

Puesto que la fe es también una respuesta personal, podemos, con la gracia de Dios, colaborar en su desarrollo, porque sólo cuenta la fe que obra por la caridad. Es como una semilla y la semilla está hecha para producir una planta y la planta para producir un fruto.

Bienaventurada eres tú, Sor M.ª de la Cruz, porque has alcanzado el triunfo, ya puedes decir verdaderamente junto a san pablo: Para mí vivir es Cristo.

ORACIÓN:

Señor, te damos gracias, por la fe de Santa Juana Jugan, por la cual se entregó entera y libremente a tu voluntad. Concédenos, por su intercesión, la gracia de fiarnos de Ti plenamente y de poder vivir con una fe y confianza plenas en Ti, Señor Providente y Todopoderoso. Creo Señor, pero aumenta mi fe. Así sea.

Dia 2 - Pobreza

Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. […] Por eso os digo: no estéis agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? […] Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura. (Mt 5, 3. 6,25-26.33)

REFLEXION: La pobreza a la que se refiere Jesús y que provocó la admiración de Juana, no es una categoría social, sino una actitud espiritual. Juana ha dado todo a los pobres que acoge, es feliz de no poseer nada para sí, se acerca a Dios con confianza porque sabe que no la abandonará.

Ella ama la pobreza y ha comprendido las riquezas que encierra hasta el punto de afirmar: “La pobreza es mi tesoro, es tan hermoso ser pobre, no tener nada, esperarlo todo de DIOS.”

En el corazón de la pobreza está el fiarse de Dios, aceptar que nuestra existencia dependa de Él únicamente. La pobreza auténtica se ve desde el lado de Dios, ante todo, como un acto de fe y de amor. La verdadera virtud de la pobreza consiste en no poner las riquezas en el alma ni el alma en las riquezas, sino sólo en DIOS. Al quedar vacíos de bienes y apegos, hasta de nuestra propia libertad, nos llenamos de la plenitud de Dios y de su gracia. Cuando Dios se encuentra con un alma vacía y pobre, se precipita a llenarla con su gracia. (San Juan de la cruz.)

Bienaventurada eres tú, Sor M.ª de la Cruz, has conocido la pobreza espiritual, ya no te queda más que escuchar la palabra del Señor: “Ven, bendita de mi padre”

ORACION

Señor, escucha, y acepta nuestra acción de gracias por la pobreza de Juana Jugan que supo desprenderse de todo, hasta de sí misma, convirtiéndose en una pobre con los pobres.

Señor, concédenos tu gracia, para que siguiendo su ejemplo, nos desprendamos de cantidad de bienes en favor de los pobres y sepamos vivir gozosos en la sencillez y en el uso sobrio de las cosas, para que así podamos mejor acceder a la inmensa riqueza y plenitud del Dios que habita en el corazón de los pobres. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Dia 3 - Fortaleza

El Señor es mi fuerza y mi energía, ÉL es mi salvación. (Sal 117)

Aunque camine por cañadas oscuras nada temo, porque tú vas conmigo (Sal 22)

Aunque ando escaso de recursos, no lo digo por eso; yo he aprendido a bastarme con lo que tengo. Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy avezado en todo y para todo: a la hartura y al hambre, a la abundancia y a la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. (Flp 4, 11-13)

REFLEXIÓN: “Jesús la espera en la capilla. Vaya a visitarle cuando esté agotada de fuerza y de paciencia, cuando se sienta sola e impotente. Dígale; mi buen Jesús, tú sabes lo que me pasa. Sólo te tengo a ti. Ven en mi ayuda. Después, vaya tranquila, basta que lo haya dicho a Dios, Él tiene buen memoria”. (JJ)

La virtud de la fortaleza ayuda a superar los obstáculos y dificultades encontrados en la realización del bien. Afrontándolos o soportándolos hasta superarlos. Juana Jugan es la mujer fuerte, y sin embargo, es consciente de su propia debilidad y de su incapacidad para llevar a cabo tal misión. Pero ella no pone la confianza en sus propias fuerzas, sabe que Dios no abandonará a sus pobres, y en los momentos difíciles, se agarra a esta certeza. Confía en la providencia de Dios, hace lo que está en su mano, segura de que el Señor hará el resto. Nada es difícil para ella, porque todo lo espera de DIOS. ”Todo lo puedo en CRISTO que me fortalece”. (Fil. 4; 13)

Bienaventurada eres tú, Sor M.ª de la Cruz; mereces ser exaltada, por el esplendor de tu caridad y de tu inmolación silenciosa que te hizo ser fuerte en el amor.

ORACIÓN

Gracias Señor, por la santidad de nuestra madre Juana Jugan.

Concédenos imitarla en su virtud de fortaleza y haz que venzamos todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de la salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Dia 4 - La Oración

Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así: “Padre nuestro que estás en el cielo, | santificado sea tu nombre,  venga a nosotros tu reino,  hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas,  como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación,  y líbranos del mal”. (Mt 6,6-13)

REFLEXIÓN: La oración de Juana era constante, vivía en presencia de Dios. Su vida era una Acción de gracias. Rezaba con fe, humildad y confianza. Su oración era universal, centrada en la Eucaristía.

Pero, ¿qué es orar? La oración consiste en hacer un acto de fe, y ponernos bajo la mirada de Dios, que todo lo penetra y ve en lo secreto. Explicar la oración es un asunto difícil. La mejor manera de explicar la oración es rezando.

Desde el fondo de nuestro corazón, hagamos nuestras estas palabras del salmista para saborear esta dulce relación entre cielo y tierra, a este Dios a veces tan cercano y al mismo tiempo tan lejano.

Salmo 138

«Señor tú me sondeas y me conoces, me conoces cuando me siendo y me levanto, de lejos percibes mis pensamientos. Distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares; no ha llegado la palabra a mi lengua y ya, Señor, te la sabes toda.

Me estrechas detrás y delante, me cubres con tu palma. Tanto saber me sobrepasa, es sublime y no lo abarco. ¿Adónde iré lejos de tu aliento, adónde escaparé de tu mirada? Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro; si vuelo hasta el margen de la aurora, si emigro hasta el confín del mar, allí me alcanzará tu izquierda, me agarrará tu derecha.

Si digo: “Que al menos la tiniebla me cubra, que la luz se haga noche en torno a mí” Ni la tiniebla es oscura para ti, la noche es clara como el día.»

Bienaventurada eres tú, Sor M.ª de la Cruz, el amor te ha revelado en la oración su gran secreto, el secreto que transforma nuestras acciones en contemplación.

Dia 5 - El silencio

Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. (Col.3, 17)

Sed prontos para escuchar, lentos para hablar y lentos para la ira. (St 1, 19)

Malas palabras no salgan de vuestra boca; lo que digáis sea bueno, constructivo y oportuno, así hará bien a los que lo oyen. (Ef 4, 29)

REFLEXIÓN: El silencio de JUANA JUGAN es un crecimiento,  es el silencio de árbol que crece o de la rosa que florece. Su silencio nos enseña que la verdadera grandeza del hombre no está en lo que se ve, sino en lo que lleva en el corazón.

Su silencio estaba impregnado de caridad; silenciando los errores de los demás, y hablando siempre bien, incluso de los que le hacían mal. Su silencio era humilde y lleno de confianza, convencida de que Dios llevaría la obra adelante sin ella.

El silencio de Juana Jugan es un silencio que da fruto, como las espigas que producen la harina que, también sin ruido, se convertirá en pan, y hasta llegará a transformarse en cuerpo de Cristo silenciosamente sacrificado. Es el silencio que la orienta a Dios y en Él encuentra su valor y su sentido.

Hoy más que nunca, nosotros tenemos necesidad de silencio, no sólo de silencio exterior, sino ante todo el silencio de todo nuestra ser, que nos ayuda a encontrarnos con nosotros mismos y con Dios.

Bienaventurada eres tú, Sor M.ª de la Cruz que supiste crecer en silencio como el trigo que germina o la rosa que florece para poder encontrarte con Dios.

ORACIÓN: Señor te bendecimos y te damos gracias por haber concedido el don del silencio a Sor M.ª de la Cruz. Concédenos, por su intercesión, la gracia necesaria para comprender y desear vivir el silencio verdadero, profundo, capaz de producir frutos de paz interior, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Dia 6 - La Humildad

Tened entre vosotros los sentimientos de Cristo Jesús; el cual, siendo de condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios, sino que se despojó de su rango tomando condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres… (Flp 2: 5-7)

Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. (Mt 11; 29)

REFLEXIÓN: La verdadera actitud de Sor Mª de la Cruz, se resume en esta afirmación: “saber desaparecer por la humildad en todo lo que el buen Dios quiere de nosotros, no siendo más que los instrumentos de su obra.” La pequeñez de Juana es la entrega voluntaria en las manos de aquel que lo conduce todo al bien de los otros y de sí mismo. Esta actitud no le ha impedido tener iniciativa para realizar la obra de Dios, considerándose un instrumento en sus manos, hace todo lo que puede y Dios hará el resto.

El cristiano mientras más profundiza en la consideración de su propia pequeñez y de su propia nada, más crece en la santidad; sucede como con el árbol, que cuanto más hunde sus raíces dentro de la tierra, más crece hacía lo alto y mejores frutos da. Los que son pequeños como niños serán los más grandes en el reino de los cielos.

Y ¿cómo hemos de llegar a la humildad? Por la gracia de Dios. Solamente la gracia de Dios puede darnos la visión clara de nuestra propia condición y la conciencia de su grandeza que origina la humildad. Por eso hemos de desearla y pedirla incesantemente, convencidos de que con esta virtud amaremos a Dios y seremos capaces de grandes empresas, a pesar de nuestras flaquezas.

Tratemos de imitar a Santa Juana Jugan en está virtud tan sublime y preciosa, LA HUMILDAD, virtud que roba el corazón de Dios, pues Dios siempre da su gracia a los humildes.

Bienaventurada eres tú, Sor Mª de la Cruz que has sabido desaparecer por la humildad en todo lo que Dios quería de ti; ahora puedes ya gozar de la invitación del Señor a subir más arriba en el banquete celestial.

ORACIÓN: Te alabamos y te bendecimos Señor, por la humildad de Juana Jugan. Por su intercesión haz que aprendamos a ser humildes, a dejarnos hacer por Él. Iluminadas nuestras vidas con la Palabra de Dios y los sacramentos lleguemos a mirar las cosas en su justa medida, la de la eternidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Dia 7 - La Caridad

Amémonos unos a otros, porque la caridad viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios. El que no ama, no conoce a Dios porque Dios es amor. Si alguien dijere; ”amo a Dios, pero aborrece a su hermano, miente. Quien ame a Dios, ame también a su hermano. (1 Jn 4, 7-8)

REFLEXIÓN:

Como el padre me ha amado, así os he amado yo (Jn 16, 9)

Amaos unos a otros como yo os he amado, (Jn 15, 12) decía Jesús en el momento de pasar de este mundo al Padre.

Y esto es lo que Santa Juana Jugan trató de hacer durante toda su vida. Es un amor que sufre cuando a los pobres les falta lo necesario, un amor que mendiga en su lugar, un amor que ora filialmente en actitud agradecida.

Pero, ¿de dónde proviene este amor? Indudablemente de Dios. Su fe le hace ver a Dios en el pobre, su esperanza le enseña que Dios no puede abandonar a los pobres y que es preciso hacer lo que se pueda y dejar a Dios el resto. Su caridad hacia Dios le hace amar a los demás porque Dios los ama y porque ella ama a Dios.

La cosa está clara, y hace saltar por los aires las mismas dimensiones de la persona humana. Somos invitados a desprendernos de nosotros mismos y a superarnos hasta ese punto: ¡Amar como Dios ama, con un amor original, creador, incondicional, inquebrantable!

No hay amor más grande que el que da la vida. (Jn 15, 13)

Por eso, nunca estamos tan cerca de Dios como cuando nos acercamos a los demás. No hay otro camino para acercarnos de verdad a Dios que hacernos efectivamente próximo al otro para manifestarle, con la ayuda del Espíritu, la generosidad creadora de nuestra caridad. Bienaventurada eres tú, Sor M.ª de la Cruz; te hiciste una hermosa rosa de caridad al atardecer de la vida, ya no te queda otra cosa, sólo el amor permanece.

ORACIÓN: Señor, acepta con bondad nuestra Acción de gracias por la vida y la santidad de Sor M.ª de la Cruz y concédenos, por su intercesión, la gracia de cultivar y vivir las exigencias de la caridad para tu gloria y el bien de nuestros hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Dia 8 - Alegría

Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito, estad alegres. Que vuestra bondad la conozca todo el mundo. En toda ocasión presentad a Dios vuestras peticiones mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias y la paz de Dios que supera todo conocimiento custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en cristo Jesús. Por los demás, todo cuanto hay de verdadero, respetable, justo, limpio, estimable, cualquier virtud o mérito, tenedlo en cuanta; así el Dios de la paz estará con vosotros. (Flp 4; 4-8)

REFLEXIÓN: ¿En qué consiste la perfecta alegría? ¿Cómo encontrarla? Cualquier persona puede encontrar la alegría en la paz de la naturaleza, en el silencio, en el trabajo bien hecho, en la satisfacción del deber cumplido. La alegría transparente del servicio, del saber compartir, la alegría exigente del sacrificio. La alegría es fruto de la confianza en Dios, de la oración, del olvido de sí y de la entrega generosa a los demás.

La vida de Juana irradia la alegría sobrenatural que nace de su fe sencilla y de su adhesión sin reservas al misterio del amor revelado en Jesús. Para encontrar la verdadera alegría, es preciso ir a la raíz: Dios, e intensificar la fe para que brote esa alegría apacible, que invada toda nuestra vida; Juana saboreó esta alegría. Preguntémonos a la luz del evangelio: ¿de qué depende mí alegría?

Bienaventurada eres tú, Sor M.ª de la Cruz que conociste por tu espíritu de sencillez, la alegría prefecta, pues Dios te ha concedido irradiar la auténtica alegría del corazón,

ORACIÓN: Señor, con corazón agradecido te pedimos el don de la alegría. Haz que, con tu gracia, irradiemos la verdadera alegría que brota del amor, de la generosidad, de la fe y de la esperanza. Que imitando a Santa Juana Jugan vivamos plenamente en todo momento con benignidad, comprensión y compasión. Por nuestro señor Jesucristo, Amén.

Dia 9 - La Alabanza

Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. (Mt. 11, 25)

REFLEXIÓN: La característica de Juana era la alabanza y la admiración de Dios. Su gozo era hablar de sus beneficios, de los cuidados maternales de la providencia; éxitos o trabajos no interrumpían nunca su Benedicamus Domino. Iba siempre alabando a Dios.

Pero, ¿qué es la alabanza? Alabar a Dios es expresar con todo el ser la admiración y el asombro por todo lo que Él es y por todo lo que Él hace por nosotros. Pero hay que saber descubrir, con los ojos de la fe y la esperanza, a este Dios siempre presente, que guía nuestro caminar por esta vida.

¿Dónde encontrar palabras para expresar nuestro agradecimiento? ¿Dónde hallar las fuerzas necesarias para alabarle? No podemos contentarnos con registrar, sin emoción alguna, las acciones y la bondad que Dios ha derramado sobre nosotros. La alabanza y la acción de gracias es lo único proporcionado que podemos, como sus criaturas, ofrecérsela a Dios, es como un deber de justicia. Frente al fracaso o frente a la alegría tenemos que vivir una vida de gratitud total hacia Dios. Ahora, nosotros, en la víspera de su fiesta, tenemos razón y motivo para darle gracias a Dios por el don de la vida y la santidad de Sor María de la Cruz.

Bienaventurada eres tú, Sor María de la Cruz, has alcanzado la meta, ya no ves otra cosa, sólo ves a Dios.

ORACIÖN: Señor, te alabamos por toda lo que has hecho por nosotros, por habernos dado a Sor María de la Cruz y por servirte de ella para fundar la Congregación. Haz que, siguiendo su ejemplo, seamos instrumentos dóciles en tus manos para que, con la gracia trabajemos para tu gloria y por la salvación de las almas.

Señor, esta tarde nuestra alegría es grande, no sabemos qué decirte, ni si es preferible el silencio o la palabra. Pero aunque sea con el silencio más profundo o con el clamor más poderoso, unidos a Sor María de la Cruz sólo queremos decirte una cosa: “¡BENDITO SEAS POR SIEMPRE!, ¡GRACIAS SEÑOR!

Oración para todos los días
Fiesta-Santos_7

SEÑOR JESUCRISTO,
que exultando de gozo has bendecido a tu Padre por haber revelado a los humildes y sencillos los secretos del Reino de los Cielos;
te damos gracias por los dones concedidos a tu humilde sierva SANTA JUANA JUGAN, a quien encomendamos nuestras peticiones y necesidades.
PADRE DE LOS POBRES,
Tú que nunca rechazas la oración de los humildes, escucha, te rogamos, la súplica que ella te dirige en nuestro favor.
TE LO PEDIMOS, SEÑOR, por MARÍA tu Madre y Madre nuestra. A Ti que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.