Peregrinos de esperanza, también para los enfermos

El 11 de febrero de 2025, la Iglesia celebra la XXXIII Jornada Mundial del Enfermo. San Juan Pablo II la instauró en 1992, con el propósito de sensibilizar a la sociedad sobre la realidad del sufrimiento, la importancia de la atención a los enfermos y el reconocimiento del valor redentor del dolor vivido con fe.

El Papa Francisco, en el mensaje enviado para la ocasión, indica que el lema para este año es “La compasión de Cristo: esperanza para quienes sufren”. Con ello quiere destacar que la esperanza cristiana fortalece a los fieles en momentos de sufrimiento y enfermedad.

En el contexto jubilar en el que nos encontramos, Francisco nos invita una vez más a ser “peregrinos de esperanza”, animándonos a mantener la esperanza viva, aun en medio de la enfermedad.

La cercanía de Dios en el sufrimiento es otro punto que el papa toca en su mensaje, cuando resalta que, durante la enfermedad, se experimenta tanto la fragilidad humana como la cercanía y la compasión de Dios. Esta presencia divina se manifiesta a través del encuentro, el don y el compartir.

El cuidado a los enfermos implica también el cuidado a los cuidadores. Por este motivo el Papa agradece en su mensaje a los médicos, enfermeros, familiares, amigos, cuidadores… todos los que acompañan a los enfermos, llamándolos cariñosamente “ángeles de esperanza” que reflejan el amor de Dios.

Finalmente, a toda la comunidad cristiana nos exhorta a estar siempre cerca de quienes sufren, ofreciéndoles apoyo espiritual y material, y a ser testigos de esperanza en el mundo.

Que esta jornada nos impulse a vivir la caridad cristiana con gestos concretos de servicio, siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, y a descubrir en cada enfermo el rostro sufriente de Cristo.