ACOGIDA EN MI CASA

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Saint Servan, 1839

Una tarde de invierno, Juana abrió la puerta de su hogar y de su corazón a una anciana ciega y paralítica que de repente se encontró sola y sin ayuda. Ella le cedió su propia cama.

A partir de entonces, la puerta de su corazón se quedó para siempre abierta para los pobres, los ancianos pobres. Algunas jóvenes se unieron a ella y la escogieron como superiora de su pequeña asociación, que se desarrollaba en una comunidad, se formaba así el embrión de la Congregación de las Hermanitas de los Pobres.

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Mi Casa

La admisión en nuestras casas, “MI CASA” como se le llama cálidamente, está abierta a las personas mayores de 65 años o más con bajos ingresos, independientemente de su raza, nacionalidad o religión. Las personas solteras, matrimonios y sacerdotes ancianos son bienvenidos.

El proceso de admisión es específico para cada casa. Animamos a las familias de nuestros residentes a participar en la vida de su ser querido y en las actividades y la vida del hogar.

Si está interesado en obtener más información sobre una residencia concreta, o en iniciar el proceso de solicitud para usted o para un ser querido, póngase en contacto con la residencia que más convenga.