09 Sep Nueva Madre General
En el día que la Iglesia celebra la Natividad de la Virgen María, el 8 de septiembre, todas las Hermanitas de los Pobres se alegraban de dar la bienvenida a su Madre General, reelegida para un segundo mandato, la Madre María del Monte Auxiliadora. Ella es ayudada por un Consejo general que ha sido elegido en el día de hoy. Este Consejo general está compuesto por hermanitas de diversos países elegidas legítimamente en el Capítulo general. Unidas a la Madre general comparten su responsabilidad y colaboran por el bien de toda la Congregación.
De nacionalidad española, la Madre María del Monte hizo su primera profesión religiosa en 1982 y sus votos perpetuos en 1987. Desde su elección como Superiora General en 2015, se ha entregado sin reservas y ha guiado a la Congregación con inteligencia y prudencia a través de muchas dificultades, incluida la pandemia de Covid19.
El objetivo de la Superiora General es fomentar la santidad personal de cada una de las Hermanitas y la fecundidad apostólica de la Congregación, en fidelidad a su carisma. La Congregación está presente en 31 países de los 5 continentes. Su única misión es el servicio de los ancianos pobres: acoger y acompañar a los ancianos hasta el final natural de su vida con caridad y competencia, en un mundo actual marcado por una gran multiplicidad y complejidad cultural y social. Este compromiso con la vida y el respeto a la persona humana ha sido el objetivo perseguido desde su fundación en 1839 por Santa Juana Jugan.
El Capítulo General, que suele celebrarse cada 6 años, es un momento muy importante para la Congregación. Desde hace unas semanas, las 60 delegadas de todas las comunidades de las Hermanitas de los Pobres del Mundo se reúnen en La Tour St Joseph, Casa Madre de la Congregación. Hasta el 15 de octubre continuarán sus trabajos de intercambio, reflexión y toma de decisiones, estudiando las cuestiones que actualmente se plantean a la Congregación y también a partir de los deseos y sugerencias que todas las Hermanitas han podido elaborar y aportar al Capítulo.
Que el Espíritu Santo ilumine y renueve todos los corazones para la gloria de Dios y la salvación de las almas.